FOMENTAR CRITERIO Y NO SOLO CONDUCTAS: ACTITUD PREVENTIVA PROACTIVA (ACPP)
Si
las conductas son el resultado de las decisiones que tomamos, entonces deberías
formar, capacitar y reconocer el criterio utilizado tras la conducta más que la
conducta segura por si sola.
El
enfoque de comportamiento seguro es aquel que busca el ajusta de las conductas
a estándares, las que pueden medirse, evaluarse respecto de estándares y
retroalimentarse para el cambio. El trabajador puede identificar las conductas fuera
de norma y corregirla. Este enfoque
requiere que la empresa haya identificado los peligros y riesgos de cada área
de trabajo y de cada tarea a realizar, así podrá informar y capacitar al
trabajador para que este actúe conforme a lo establecido.
Por
otro lado, el enfoque de Actitud Preventiva Proactiva (ACPP) que hemos
desarrollado, centra la prevención en la mente del trabajador, instalando un
mecanismo de alerta previa reforzada y una metodología para formular preguntas
y responderlas en torno a criterios preventivos, que son transversales en la
empresa.
Si
bien ambos métodos son compatibles, la gran ventaja del enfoque APP es que
activa las conductas preventivas en situaciones nuevas, donde no hay o no son
claros los procedimientos. Además, es totalmente compatible con el concepto de
cultura preventiva en la empresa.
La
clave está en alinear a la organización en un eje básico y evidenciar la red de
acciones interconectadas que se relacionan con la seguridad entre los distintos
niveles organizacionales, utilizando como principio el modelo VDIPPA (GoldmanConsultores).
Las
acciones concretas van desde el sentido de urgencia en los niveles estratégicos
hasta el entrenamiento en criterios para la toma de decisiones en seguridad en
los trabajadores, pasado evidentemente por fortalecimiento del rol de los
supervisores como los articuladores del modelo. Aquí es donde, siguiendo el
modelo VDIPPA, combina los mecanismos de control de conductas con las acciones
permanentes de capacitación y entrenamiento, con el fin de generar un
desarrollo coherente de los planes preventivos desde la dimensión psicológica y
humana.
Formar
el criterio implica definir junto con la empresa cual es el “estilo de
pensamiento” que necesitamos de los trabajadores. Que puedan decidir en
incertidumbre, que primen los pilares valóricos por sobre los de consecuencia,
que opten por lo ético y lo moral antes que la conveniencia de una acción,
entre otros.
Trabajar
con las actitudes es dar un paso complejo hacia la solución del problema. Es más
fácil desarrollar proyectos con enfoque único de comportamientos debido a sus
cifras de éxito en corto plazo, aun cuando sabemos que las intervenciones sin
sentido para el trabajador, o aquellas que les son impuestas, tienden a generar
mayor rechazo y a demorar en su instalación definitiva en el marco
comportamental de los equipos.
Es
recurrente el argumento respecto de la inmediatez de resultados, sobretodo en
proyectos cortos u obras específicas, que nace por cierto de la perspectiva del
trabajo y de la obra. Las preguntas son entonces ¿Dónde queda la intención de
desarrollo humano? ¿Hacemos prevención para mejorar los resultados o la calidad
de vida? Si es por ambas ¿Por qué seguimos tratando personas con fórmulas y
métodos concretos? ¿No es acaso todo esto contra producente, sobretodo en el
rol del psicólogo? ¿Cuál es el aporte psicológico en el trabajo que actualmente
aplican los supervisores con técnicas específicas?
Por
lo anterior, nuestra propuesta seguirá siendo el desarrollar un trabajo que
incluyan tanto los aspectos conductuales así como los aspectos actitudinales
que se encuentran tras la decisión y ejecución de las conductas.
El
rol del psicólogo por tanto, no está únicamente en condicionar respuestas de
los trabajadores o en entregar las directrices para que otros los hagan, sino
en lograr que las personas tomen decisiones y realicen acciones fundadas en el convencimiento
y la razón, descubrir cuáles son los perfiles personales y las características del
trabajo que hacen posible la adaptación, el desempeño y la satisfacción, entre
otros.
Kurt
Goldman Zuloaga
Director
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EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años