Revisión de las medidas propuestas por la OIT para la protección del bienestar mental en el regreso al trabajo
La OIT (2020) acaba de lanzar un documento llamado “Regresar al trabajo de forma segura, Guía para los empleadores sobre la prevención de la COVID-19” donde expone una serie de recomendaciones y medidas para abordar dicho tema.
Si bien se mencionan desde medidas de higiene y cuidado personal, transporte, ingreso y estancia en los lugares de trabajo (incluso medidas relacionadas con el regreso a casa), quiero destacar las medidas relacionadas con la salud mental, correspondiente al punto 10 del documento (tema: La protección del bienestar mental de los trabajadores en tiempos de la pandemia por la COVID-19)
En este punto, se señala cual es el impacto de la pandemia en el bienestar de los trabajadores. Los factores que pueden contribuir al aumento del estrés y la ansiedad son, entre otros:
- La ansiedad causada por los riesgos para la salud del coronavirus, especialmente en el caso de las personas consideradas como parte de un «grupo vulnerable» o que conviven con alguien con esas características.
- El aislamiento, especialmente si se trata de personas que trabajan desde casa.
- El flujo constante y abrumador de información.
- La incertidumbre sobre la duración de la crisis y el miedo a perder el trabajo o quedarse sin ingresos, etc.
- La pérdida del trabajo, aunque sea de forma temporal.
- El aumento de la presión sobre los padres trabajadores y cuidadores a raíz de la suspensión de la actividad escolar.
- Una mayor exigencia en la carga de trabajo debido al elevado número de ausencias y/o el aumento de la demanda, especialmente en los sectores esenciales.
- La gestión emocional de la pena y el duelo.
Para ayudar a los trabajadores a reducir el estrés y la ansiedad derivados de la pandemia, esta guía sugiere a los empleadores que consideren la posibilidad de:
- Entablar regularmente una comunicación clara y precisa con los trabajadores, proporcionándoles toda la información necesaria para responder a sus principales preguntas, pero sin incitar a las especulaciones.
- Tranquilizar a los trabajadores sobre las medidas adoptadas por la empresa para responder a la pandemia.
- Cerciorarse de que los trabajadores sepan con quién contactar en caso de que necesiten apoyo o se sientan abrumados.
- Alentar a los trabajadores a racionalizar el uso de la información, ya que la exposición continua a las noticias, los medios de comunicación y las redes sociales pueden desencadenar o elevar la ansiedad, el estrés o el pánico. Es mejor mantenerse informado a través de unas pocas fuentes fidedignas, como un organismo nacional de salud o la OMS.
- Crear una cultura de liderazgo compasivo: dotar a los responsables técnicos de los conocimientos y los recursos necesarios para dialogar con sus equipos, comprobar cómo se encuentran y reconocer las señales de angustia.
- Recordar a los trabajadores el contenido del programa de asistencia a los empleados si la organización dispone de uno, ya que puede ser un recurso clave en materia de salud mental o de finanzas.
- Indicar a los trabajadores –si no existiera ese tipo de programa– las fuentes de información y asesoramiento en materia de salud mental y bienestar, por ejemplo: de la OMS, las organizaciones de salud mental o los organismos nacionales de salud.
Creo importante agregar a estas recomendaciones las siguientes:
- Ajustar los sistemas de evaluación del desempeño, o modificar las metas asociadas a bonos, ya que existen condiciones que podrían afectar naturalmente el rendimiento de las personas y que son ajenos a su responsabilidad.
- Generar instancias internas de conversación grupal, donde cada uno(a) exprese sus emociones y sirva de catarsis.
Para la implementación de los métodos de asistencia a los trabajadores(as), se deberán considerar tres grupos de trabajadores: quienes se encuentran realizando teletrabajo, los que han sido despedidos temporalmente y los que continúan en sus puestos o regresan al lugar de trabajo.
En relación a los teletrabajadores, el documento sugiere que se favorezca la empatía y la disponibilidad de las jefaturas y gerentes, se fomente el contacto entre ellos a través de las plataformas digitales de comunicación y, por último, se inste a los trabajadores a «desconectarse» para evitar el estrés.
Respecto al apoyo que se debe entregar a los trabajadores que son despedidos temporalmente, es recomendable preguntarles qué quieren y necesitan, en materia de eventual apoyo o de información. También se sugiere celebrar reuniones por vía telemática puede ayudar a los trabajadores que están temporalmente fuera a mantener el contacto con la organización y con sus colegas. Así mismo, es importante sugerir a los trabajadores que realicen otras actividades, como el voluntariado o la formación en línea, para que puedan seguir perfeccionándose durante este período.
En el caso de los trabajadores que continúan trabajando en los locales de la empresa o regresan a sus puestos, es crucial que se sientan seguros y apoyados. Por lo tanto, el papel de la comunicación sobre las medidas de seguridad e higiene es fundamental. Ideal es tener presente cualquier circunstancia especial en la que se encuentren los trabajadores (como el hecho de ser cuidador de su familia), y negociar posibles ajustes que les puedan resultar útil, como horarios flexibles, reducciones de su jornada laboral, etc.
Quiero destacar que el foco del documento en este punto específico se resume en fortalecer a los líderes en habilidades comunicacionales, brindar apoyo social en la empresa y proveer o coordinar acciones de apoyo psicológico.
Referencias:
• OIT (2020) “Regresar al trabajo de forma segura, Guía para los empleadores sobre la prevención de la COVID-19”
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