Abordar los RPs es más que jugar



Una situación frecuente que podríamos considerar un error desde la perspectiva del cambio organizacional, es abordar los riesgos psicosociales (RPs) poniendo énfasis en los síntomas y no en las causas.

Dado que el distrés trae aparejada una serie de consecuencias físicas y conductuales, parece obvio que el "tratamiento" esta en ofrecer alternativas donde la persona tenga experiencias de relajo y disfrute, de tal modo que "se desestrese".

Hasta ahí vamos bien, al menos en parte.

Abordar los síntomas no corrige las condiciones estructurales o de fondo que se plantean a la base de los RPs. Es dar analgésicos ante un dolor de muelas cuando esta esta cariada. Por ello es razonable actuar en dos frentes de manera simultánea, y a riesgo de decir lo obvio: en la sintomática y en la causa.

Los RPs aparecen cuando se desequilibra la capacidad de las personas de adaptarse a entornos laborales de alta exigencia o demanda psicológica. Es en esta relación donde los cirujanos organizacionales debemos intervenir para procurar reestablecer el equilibrio necesario.

Este equilibrio se logra cuando:
  • Se controlar las condiciones del entorno (estresores)
  • Se aumenta la capacidad del individuo para afrontar dichos estresores.

En el primer punto es clave regularizar el funcionamiento organizacional, transitando primero hacia la incorporación de aspectos normativos y regulaciones mínimas (contrato, perfiles de cargo, aspectos higiénicos en general), para luego incorporar buenas prácticas tanto en lo productivo o funcional (reconocimiento, desempeño, desarrollo de carrera, otros) como en las relaciones humanas derivadas de los roles que se ejercen en la unidad organizacional (siendo uno de los más relevantes el liderazgo). En el segundo punto, asegurar las capacidades desde un adecuado proceso de selección de personas hasta la inducción y apropiado entrenamiento para el ejercicio de sus funciones, más otras prácticas que permitan el desarrollo profesional.

Esto puede ser un poco incómodo para las personas que creen que pueden hacerse cargo de los RPs identificados en su empresa con una actividad de camaradería de fin de año o un curso de liderazgo de 16 hrs para sus jefaturas. La cosa es un poco más compleja: se requiere repensar como se está llevando a cabo las distintas dinámicas organizacionales en un contexto cultural que muchas veces dificulta el proceso de cambio. Ahí el sentido de urgencia cobra relevancia para encender la chispa que mueve a la acción, más los argumentos correctos para que la organización camine hacia donde debe, el acompañamiento experto y una ruta de éxitos que se celebren como logros propios.

En síntesis, la pregunta del millón es: ¿qué hacemos ahora que ya volvimos del outdoor, curso o charla?

Kurt

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