Niños(as) a la deriva: lo que no se consideró en la implementación de las clases online



A excepción de aquellos(as) niños(as) y jóvenes que, por diversas razones, el estudio en casa les es mucho más provechoso que en el colegio, la realidad es que son muchas las familias que lo están pasando mal con esto del estudio a distancia, y sus miedos y frustraciones respecto del proceso de aprendizaje de sus hijos es razonable, sobretodo porque esta medida se nota en gran parte improvisada.

Me referiré a los casos que conozco y que si bien no alcanza para extrapolar la conclusión, creo no estar tan lejano de la realidad. Resumiendo: profesores que mandan "guías" y (con suerte un par de videos) para que los resuelva un niño (de educación básica para efectos del ejemplo), que está desinteresado en sus estudios, estresado por las noticias, que se duerme tarde y levanta igual de tarde, con la consola de juegos a libre demanda, con padres ocupados, desinteresados o incluso, sin los recursos cognitivos que le permitan servir de guía en dicho proceso. Sumemos a esto que mucha familias están con dificultades económicas, complicando el panorama psicológico de este escenario de aprendizajes, o que incluso no cuentan con un computador, una buena señal de internet o una impresora con tinta para imprimir el cerro de guías.

Pensemos con este último punto en la frustración de los padres que no saben enseñar y que no tienen tiempo ni paciencia. Que, por lo mismo, retan a cada rato al estudiante cuando no aprende o no memoriza lo que precariamente ha sido preparado por sus profesores. O cuando haciendo pruebas en linea les va mal. Es esperable, por ende, que la familia termine peleada en una actividad que debería ser de crecimiento y unión familiar. No los podemos culpar. No todos sabemos enseñar. No estamos preparados para esto (excepto, obviamente, los propios profesores y las personas que tienen experiencia docente)

Un aplauso a aquellos padres y madres, tios, tias y hermanos(as) que se sientan a revisar las guías, las ordenan, se dan el tiempo para revisar en conjunto las materias y complementan lo enviado con material en internet y videos de youtube. Pero ojo, esa no es la norma, por lo que exigir esa normalidad en el hogar llena de frustraciones a los padres que simplemente no pueden apoyar un proceso formativo por las razones antes mencionadas.

"Pero es que los papás y mamás deben aprender a enseñar" (Cómo si fuera mágico) o "si le importara haría el esfuerzo" (¿de verdad alguien cree que a los padres no les importa?) o peor aun "si yo lo sé, entonces cualquiera puede hacerlo" (auto referencia de mal gusto). Esa postura moralista, que no considera las dinámicas propias de la familia, con sus pros y contras, con sus días buenos y días malos, llena de tensión la relación de los padres contra quienes tienen el "rol" de formar académicamente a sus hijos, los profesores y los colegios, a quienes, más encima "les pagan sin recibir servicio" (Cuántas veces he escuchado esta frase)...

Esto no se trata de juzgar ni de encontrar culpables. Se trata de entender las diversas perspectivas del problema: si los niños(as) no aprenden este año, si bajan sus notas o repiten de año, las partes se terminarán culpando mutuamente, en vez de trabajar en conjunto. Y esa no es la idea. Debemos hacer un esfuerzo colectivo por desarrollar capacidades en quienes van a guiar el proceso formativo (generalmente los padres), Los profes deberán ponerse las pilas para preparar material interesante y colaborar en conjunto con los padres, entre muchas otras cosas que se pueden hacer. Incluso los propios niños deberán ser parte activa del proceso en la medida que los padres y profes sintonicen los esfuerzos, pero no podemos pedirles que se responsabilicen por completo de su proceso de aprendizaje cuando con suerte le hemos provisto algunas condiciones mínimas para poder estudiar.

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