INTERPRETACION

Un axioma dice que es imposible no comunicar. Que incluso aquellas personas que se aíslan o nos quitan la mirada nos están comunicando algo. Algo similar (!) pasa con las obras de arte. Alguien me dijo que la intención de las obras de arte es expresar algo, de hecho, los análisis que hacen seguidores o expertos es que las pinturas o esculturas nos expresan sentimientos, manifiestan estados anímicos e incluso gritan la emoción del artista de turno en su momento de nirvana.

Un ejemplo clásico es una pintura en la que se observa únicamente una sandalia campesina, nada más. Lo interesante del ejemplo no es el cuadro, sino las interpretaciones que cada quien se hace de aquel cuadro, tales como “representa la dureza del trabajo del campo” o “los años de sacrificio y abnegada entrega de un padre hacia sus hijos” o algo más pintoresco como “el espíritu de superación y símbolo de grandeza” sin exageración…

Situaciones como la anterior me hacen reflexionar en torno al axioma en cuestión, no para debatirlo, sino para complementarlo con un aspecto importantísimo de la comunicación (muchas veces dejado de lado) que es el proceso interpretativo constructor de realidad.

El modelo “clásico” de la comunicación hace referencia a ciertos actores y acciones. El emisor y receptor (actores) emiten un mensaje dentro de un contexto, con una direccionalidad aparente (acción). Este modelo super-estudiado es cliché de varios profesionales cuando se le pregunta acerca del mismo. Se repite en una suerte de rezo alienante que quien escucha simplemente acepta porque así es. (Excluyo de este comentario a los estudiosos de la comunicación, a mis maestros y a mis libros, por supuesto).

Cuando hablamos de emisores y receptores estamos hablando de términos del pasado, obsoletos. La comunicación es un proceso que para efectos de análisis y estudios se ha determinado como bidireccional, dado que lo que “transmitimos” lo hacemos tanto cuando “emitimos” el mensaje o cuando, por ejemplo, lo escuchamos.

Veamos un ejemplo: Un joven A le habla en un idioma distinto a un joven B, y este último lo mira con una “cara de interrogante”, por lo que el joven A cambia la forma de hablarle podríamos decir lo siguiente:

Existe un evidente error comunicacional en el “código” utilizado por A
A es emisor y B es receptor
B recibe un mensaje imposible de decodificar
No existe comunicación entre ambos

Analicemos cada una de las premisas expuestas

  • Los errores comunicacionales son el resultado de un análisis que se determina cuando las partes no logran alcanzar el grado de conexión, comprensión y acción deseado. Si A le pidió una dirección a B, claramente no obtuvo lo que buscaba. En este sentido, la realidad particular de cada uno interpreta como ajeno el código, siendo incompatible con su propia estructura mental.
  • En el segundo punto se cae en un error de principiante, ya que en el ejemplo, ambos actores son emisor y receptor a la vez. Si entendemos que comunicamos no solo con palabras, sino también con las conductas expresadas a través de nuestro cuerpo, entonces vemos que B –supuesto receptor- emite un fuerte mensaje a su interlocutor, que es “no te entiendo nada”.siguiendo el análisis A se daría cuenta que su mensaje no es entendido y podría buscar otra manera de preguntar, quizás con dibujos o señalizaciones, tratando de acomodar los elementos a su mano para generar un código en común. O sea, la actitud o el gesto de B fue suficiente para que A modificara su propia conducta comunicativa. ¿ven la bidireccionalidad?
  • Siguiendo en el segundo punto, e independiente de la observación de un tercero (que en general se da para este tipo de análisis), TODO lo que ocurre durante el proceso de comunicación ocurre en las cabezas de los interlocutores, desde la percepción final del estimulo hasta la interpretación y catalogación del mismo.
    La decodificación por parte de B es imposible debido a aspectos de orden cultural (idioma), biológico (hipoacusia) o circunstancial (desconcentración), por ende es coherente con el apartado anterior que hace mención a la interpretación y subjetividad de cada uno de los interlocutores.
  • El punto 4 es falso y habrán notado claramente que existe un proceso comunicativo, con interacción y modificación conductual producida por las características de la dinámica. Ahora, otro tema es decir si tuvo el resultado esperado por las partes.

A mi parecer, la comunicación es un proceso independiente (contrario a lo que dirán otras personas) al resultado funcional de la misma. La eficacia de la comunicación hace que tenga sentido y construya una realidad a partir de las intersubjetividades compartidas. Claramente una conversación construye realidad entre los interlocutores, y eso porque interpretan la realidad que el o los otros transmiten durante la misma.

La comunicación es el proceso relacional social en el que los individuos involucrados modifican su configuración mental de la realidad propia y de cómo ven el mundo a partir del hacer coincidir y dar sentido a los estímulos que se presentan ante ellos y que se asocian a diversas sensaciones, ampliando el espectro de datos, vivencias y conocimientos que afecta, de igual manera, a su comportamiento social.

De acuerdo a esta humilde definición, la comunicación se da siempre en un contexto social, o por lo menos donde haya interacción entre los individuos. Hablar con Dios o con uno mismo no sería parte de un proceso comunicacional, ya que la dinámica se acerca más al Pensar que al comunicar.

Por otro lado, doy énfasis a que durante esta interacción cada individuo percibe e interpreta estímulos del medio que se traducen en la realidad en la que vivimos. Esta realidad que construimos está influenciada directamente por los “antecedentes” o experiencias previas que cada persona ha vivenciado, por ejemplo: la opinión que una persona tiene acerca de los perros va a estar directamente relacionada con las experiencias que ha tenido en su vida con los animales, que va a ser completamente diferente si la han mordido, si vio morir trágicamente su mascota o si le encantan. Cada vivencia almacenada en la memoria es un filtro, un parámetro comparativo y una referencia que actúa cuando le damos sentido a nuevas experiencias. Es decir, el sentido de la realidad subjetiva es propio gracias al proceso interpretativo que la construye en nuestras mentes

Siguiendo las ideas anteriores, si la construcción diaria de realidad esta teñida por nuestras experiencias previas y que permiten una mutación, para bien o para mal de la forma en que interpretamos el mundo, entonces podríamos decir que en gran medida la eficacia del proceso comunicacional, sus fallas o distorsiones no solo se dan por un mal código o una mala emisión del mensaje, sino también por los factores psico-personales que influyen en la interpretación de los estímulos del medio, echo que nos hace responsables y agentes activos de la eficiencia en el proceso comunicativo que determina la eficacia del mismo.

Con todo, pareciera ser que el proceso perceptivo es el que le da sentido a los estímulos del medio, más que la “intencionalidad” con que son manifestados. Andamos por la vida percibiendo e interpretando las conductas, comportamientos, conversaciones, imágenes y ruidos que nos rodean, dándole sentido. Somos inconscientes de que lo realmente importante del proceso comunicativo es que yo (en sentido genérico) logre hacerme una idea o una imagen de lo que vivencio, ya sea a través de una obra de arte o una conversación.

Analicemos un ejemplo para aplicar lo dicho: cuando vemos que una persona nos quita la mirada, agacha la cabeza con el ceño fruncido nosotros decimos que esa persona nos esta comunicando que tiene rencor o esta enojada con nosotros. En primer lugar, esa persona no nos está comunicando, ya que no sabemos si ese es su propósito. Segundo, lo que si tengo claro y con un 120% de certeza es que somos NOSOTROS los que estamos interpretando esa conducta como rencor o enojo, gracias a que son equivalentes a conductas aprendidas en el pasado.

La eficacia del proceso comunicación tiene sentido sólo cuando la interpretación de los estímulos del medio es acorde a la intención de la fuente emisora de los mismos.

Si estamos de acuerdo en la relevancia y el mecanismo expuesto acerca del proceso perceptivo, entonces podemos decir que la percepción está siempre presente y somos inconcientes de su actuar diario (usted mismo, al leer estas líneas, no está recibiendo información, sino que está interpretando, dando sentido, aprobando o no su contenido de acuerdo a lo que sabe, ha vivido o experimentado).

A estas alturas, que de acuerdo a lo escrito no es la canción de amor lo que nos emociona, sino el sentido, la interpretación y las vivencias asociadas a ese estimulo musical el que facilita que emerjan sentimientos y sensaciones que, así mismo, interpretamos como de amor.

Con todo esto, ¿es imposible no comunicar o es imposible no interpretar?

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