AL MAESTRO CON CARIÑO…


Cuando recién comenzaron a hablar de las evaluaciones docentes, recuerdo que los profesores se alzaron para protestar con diversos argumentos contra dicho proceso, el que revelaría la calidad de los docentes que se desempeñan en el ámbito público.

Hoy o ayer se revelaron las primeras estadísticas de espantosa realidad, ya que aproximadamente 4 de cada 10 profesores en Chile no alcanzaron una calificación de “competente” para ejercer como tales.

¿Debemos mirarnos espantados por esta situación? Yo creo que después de todo, este era un gran secreto a voces, que todos sabíamos pero que nunca le habíamos dado, hasta ahora, la validez y seriedad con las que debiera considerarse.

Los profesores en chile son “mas o menos”. Las carreras de pedagogía no son el blanco objetivo de los estudiantes más exitosos, entre otras, por los malos sueldos, las jornadas y el estigma de ser un profesor en Chile. No debe ser fácil enfrentar a diario a mas de 40 alumnos, de diversas clases sociales (depende, claro, de donde haces clases), insolencias, descontrol, entre otros. Profesores víctimas en muchos casos de sus propios alumnos son otros casos, más puntuales pero igual dignos de mencionar en esta profesión hoy cuestionada en calidad.

Pero si a nosotros no nos extraña esta situación, menos les extraña a los propios mártires del aula. No me extraña que la resistencia mostrada ante la evaluación docente sea una reacción natural ante un proceso que expone la verdad de la calidad docente del profesional. Existió y existe un miedo en los profesores a ser evaluados porque están (y estamos todos) conscientes que son muchos los que o no aprovecharon su paso por la universidad o carecen de los medios para perfeccionarse constantemente.

He conocido grandes maestros, desde el colegio hasta el post grado. Un gran maestro no es aquel que sabe mas (aunque tiene que saber lo mínimo y algo más, por supuesto), sino que es aquel ser humano que entrega el todo por el todo para que sus alumnos, aprendices, “educandos” o párvulos se conecten con la realidad. Y casos hay muchos, de profesores en cuyas escuelas no existen los recursos, pero enseñan de corazón.

Un par de consejos: poner en la agenda, así como se ha hecho progresivamente con la salud, una educación estatal de nivel mundial, siguiendo con los procesos de evaluación docente, facilitar el acceso de los docentes a programas de perfeccionamiento técnico continuo; dotar a estos profesionales de competencias de comunicación efectiva, mediación de conflictos entre otros; implementar más actividades extra-programáticas de ciencias y humanidades en los colegios; aplicar en el aula mas y mejores tecnologías participativas.

No es la idea hacer leña del árbol caído, sino asumir “de una vez por todas” nuestra realidad, para saber donde están las áreas críticas a fortalecer y no andar bastonazos de ciego.

Al maestro con cariño…

Comentarios

Anónimo dijo…
¿No será que las "autoridades" prefieren mantener a la gente sin educación por conveniencia propia? Y pienso que será asi por bastante tiempo lamentablemente.

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